miércoles, 20 de noviembre de 2013

Anivdelarev



Permíteme querido lector excusarme porque no publiqué nada el miércoles pasado, y es que no te importa, pero andaba ocupado en una mudanza de mi cantón que es tu cantón.
Habiendo dicho eso y presumiendo en tiempos revolucionarios a mi General Peralta que en dos juegos descontó a los del fin del mundo con cinco pepinos, procedo a echarme un textito que me aventé hace un tiempo.

Más de cien años de "Tierra y Libertad"; del movimiento sociopolítico más importante del siglo XX en nuestro país conmemorando -para bien o para mal- las ideas y movimientos de Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Doroteo Arango, mejor conocido como Pancho Villa, Emiliano Zapata, entre otros.

Más de un centenario de un acontecimiento histórico que hace que podamos ver el México de hoy desde una concepción respetuosa y valerosa (o todo lo contrario) por los mismos antecedentes del que surge el movimiento revolucionario, el cual nos deja un legado de canciones que un siglo después perdura en el colectivo popular (tal vez gracias a las escuelas de gobierno que con sus bailables tradicionales siguen recordando con vestidos y carilleras el levantamiento en armas de esos tiempos).
Canciones y corridos como  el de Pancho Villa, La Jesusita, La Chinita, El Desterrado, La Voltereta, La Guacamaya, Soy soldado de Levita, Marieta, La Cucaracha, Las tres pelonas, etc. Pero sobretodo una que sobresale e inclusive tuvo sus versos en el billete de cien pesos conmemorativo de los cien años de la Revolución Mexicana, La Adelita de Antonio del Río Armenta.

Muchas historias suponen que "Adelita" fue Adela Velarde Pérez, quien fue reconocida con un homenaje como veterana de guerra, una enfermera que atendió al soldado Antonio del Río Armenta después de salir herido y le compuso el corrido ya mencionado.

Dejo La Adelita de Antonio del Río Armenta para que recuerden sus noviembres...

La Adelita

Adelita se llama la joven
a quien yo quiero y no puedo olvidar,
en el mundo yo tengo una rosa
y con el tiempo la voy a cortar.

Si Adelita quisiera ser mi esposa,
si Adelita fuera mi mujer,
le compraría un vestido de seda
para llevarla a bailar al cuartel.

Si Adelita se fuera con otro,
la seguiría por tierra y por mar.
Si por mar, en un buque de guerra,
si por tierra, en un tren militar.

Y si acaso yo muero en campaña
y mi cuerpo en la sierra en la va a quedar,
Adelita, por Dios te lo ruego,
que con tus ojos me vayas a llorar.

Soy soldado y la Patria me llama
a los campos que vaya a pelear,
Adelita, Adelita de mi alma,
no me vayas, por Dios, a olvidar.
Texto: Jesús Cáñez
Imagen: Google
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