miércoles, 26 de agosto de 2020

Qué curioso






Canción para acompañar el texto: Colors in stereo - Moonlit Sailor
Tiempo aproximado de lectura: 3 mins


Encendí la televisión y en lo que suponía ser una suerte de programa de trivia o algo por el estilo arrojaron un dato curioso: “¿Sabías que en Japón existe una isla habitada por conejos?” a lo que inmediatamente respondiole mi cabezota: “¡Duh, pos Okunoshima!” El vato del dato curioso procedió a dar un breve relato acerca del lugar. Mientras el conductor hablaba acerca de la isla y su importancia en la segunda guerra mundial y los conejos y etecé, mi mente empezó a divagar. Llegué a la conclusión de que conozco un chingo de datos que a nadie le importan y yo creo que por eso MLP en el Maratón (MLP = My Little Pony). Obviamente no conozco hartos o los suficientes para asegurarte que quedes en séptimo lugar en un programa de ocho competidores; sé que tú conoces muchos también, pero te voy a rolar unos chilos para que a ti también TLP en el Maratón (TLP = Tu Little Pony). Nomás no me pidas un orden, los voy a poner como vaya recordándolos.

Foresempo, le toma unos ocho minutos aprox a la luz del sol llegar a la tierra, o sea que si en este momento el sol se extingue, tomaría al menos ocho minutos darnos cuenta. Al rato te digo si ya.

El animal nacional de Escocia es un unicornio, no preguntes, a ellos les gustan. Cuando tengas tu país pones un cilecántrope.

En Venus llueve metal y ácido sulfúrico y pérate, lirabirrow, que en Neptuno llueven diamantes. Imagínate, goeee, te haces rico con una chispeadita.

Los Kit Kats saben rebuenos porque están rellenos de Kit Kat. Simón, así como lo lees. Los Kit Kats que no pasan las pruebas de calidad los hacen una especie de pasta y se lo ponen al relleno y comes Kit Kat de Kit Kat. Aquí lo importante sería saber de qué estaba relleno el primero.

Y hablando de chocolate está chido recordar que se utilizó en el México prehispánico como moneda de cambio, lo usaron los mayas y luego los mexicas. En semilla, en grano y hasta en canastos. Es más, se dice que hasta después de la conquista Cortés le pagaba a sus soldados con cacao. Puro Xocolatl y alv, compa (ALV = algo lindo vendrá).

Siempre estás viendo tu nariz pero tu cerebro decide ignorarla. Ya estás haciendo bizcos y sí, ya la viste. Y eso que tu nariz, así como tus orejas nunca dejan de crecer.
También tu cerebro ignora tu propia respiración. Nomás te das cuenta cuando te falta el aire o te estás ahogando o como cuando lo haces consciente a propósito.

En una guerra el ejército de Liechtenstein (sí, sí existe, no como Tlaxcala) mandó a ochenta hombres y regresó de la guerra con ochenta y uno. Nop, no estaba ninguno embarazado. Se les pegó un soldado austriaco que se les hizo camarada.

Hay una medusa que es inmortal, no sé si todas, la netflix. Pero esa aunque esté en edad adulta se vuelve a hacer un pólipo y así y así per secula seculorum.

Y hablando de animales extraños deja te digo algunas cosas que sé de unos de mis animales favoritos: el ajolote. Este anfibio mexicano en gravísimo peligro de extinción antes de nacer es transparente; puede respirar por la boca, piel, pulmones y hasta por esas branquias que parecen antenitas; también es capaz de regenerar partes de su cuerpo, no solo extremidades, sino hasta órganos, como su corazón y su cerebro. Nomás que les vale grillo, hasta entre ellos se comen. Una verdadera joya mexicana.

Todos los planetas del Sistema Solar caben entre la tierra y la luna. Es decir, la distancia que existe entre nosotros y nuestro satélite natural es lo suficientemente amplia para que todos los demás planetas se acomoden ahí.
También hay un planeta en el Sistema Solar que está habitado solamente por robots, al menos eso sabemos hasta ahora.

Cuando chupas una paleta prácticamente nomás le estás dando sabor a tu saliva. Agarras una Tutsi Pop (de La Rosa, obvio) y haces que tu baba sepa a cereza.

El cerebro es la única cosa que se nombró a sí mismo. Piénsale, piénsale, te doy chance. ¿Ah, vedá?

El color más popular en la ropa es el azul y curiosamente hay muy poca comida de ese color. Nomás se te ocurrieron los blueberries, ya te caché.

Tampoco puedes imaginar un color nuevo. Trata, aquí te espero.

El abrelatas se inventó casi cincuenta años después de las latas. Se abrían con martillos. Contrario al encendedor que se inventó antes que los cerillos o los mismos cigarros.

Los meses que empiezan en domingo tienen viernes trece. Uuuuy. 

Ya vamos a dejarle aquí porque luego tu cerebro no se va a aprender todo, nomás recuérdale que cada sesenta segundos pasa un minuto.



Texto: Jesús Cáñez
Imagen: Google Images.
Video: Colors in stereo - Moonlit Sailor - Youtube

@Ochosieteuno_

miércoles, 19 de agosto de 2020

Sepa la bola



Canción para acompañar el texto: La cumbia de los pajaritos - Chicos de Barrio
Tiempo aproximado de lectura: 3:30 mins


No habías tenido la necesidad de saber qué tan humectados están tus labios hasta el momento en que leíste esto, ¿Ya ves? Ya les pasaste la lengua. Tampoco habías sentido tu lengua dentro de tu boca hasta ahorita. De igual manera acabas de sentir la ropa que traes puesta sobre tu piel. Todo esto lo hacemos hasta que nos cae el veinte, ¿edá? Pero no te ha caído el veinte de saber por qué se dice que ya te cayó el veinte hasta ahorita, ooootra vez. Pues verás, hace muchos años en las cabinas de teléfono público si necesitabas realizar una llamada tenías que marcar el número al que querías llamar y luego insertar una moneda con la denominación de veinte centavos para hacerlo, ya cuando la otra persona contestaba escuchabas el sonido de la moneda al caer y entonces ya podías entablar la converseishen, tons pos al teléfono le caía el veinte. Después la otra persona pronunciaba la misma pregunta que hace la mayoría de las personas hasta el día de hoy cuando contesta el teléfono: “¿Bueno?” ¿Por qué decimos “bueno”? Bueno –ja-, la historia es parecida: cuando recién hubo telefóno en nuestro país habían operadores que enlazaban las llamadas, entonces si tú hacías una llamada pasaba primero por el operador que la enlazaba y al contestar la otra persona este preguntaba si el teléfono estaba bueno, cuando el tercero contestaba que “sí, está bueno” y podía escuchar, el vato hacía su chamba y ya seguías con tu llamada. Con el paso del tiempo sólo quedó en bueno y la costumbre para contestar permaneció.

¿Vamos bien? Simona, la cacariza. Afirmamos algo de mil maneras menos diciendo que sí, ¿edá? Si montas un camello. Todas la variedades de simón son entendibles hasta cierto punto, se va jugando con el lenguaje para no decir nomás que yes en inglés, oui en francés y takataka en japonés: Simón, Simón el gran varón, Simona la mona –meona-, ¿pero de dónde chingaos salió Simona la cacariza? ¿Era acaso una mujer afectada por la varicela? Negros tus zapatos, chato. Dicen los que dicen que saben que en los tiempos de la Guerra de Reforma –simón, la de Bomberito Juárez-, le llamaban cacariza a la mula de seises en el dominó. Tons cuando en el cuartel daban una orden para una estrategia y esa era la chila se decía que Simona la cacariza, como cuando la sueltas con Antonio y Guadalupe sobre la mesa.

Justamente es en las guerras donde muchas personan cuelgan los tennis, se petatean, chupan faros. Entre muchas de las versiones acerca del término “colgar los tennis”, desde a que puede ser la ubicación de un lugar violento o un simple juego, alguna vez menciona Armando Ramírez (cronista de la ciudad de México) que en el barrio bravo de Tepito durante los 60s era común en las vecindades que cuando un familiar moría algún conocido del algún difunto colgara un par de zapatos en los cables para notificar el deceso.
Igual “el petateado”, desde los tiempos prehispánicos hasta algunas comunidades en nuestros días, específicamente las que suelen contar con menos recursos, suelen enterrar a los hoy occisos envueltos en un petate. Si no sabes qué es eso ya ni la armas, carnal, pero te diré de todos modos: el petate es una especie de alfombra o cama que se usa entretejiendo hojas de palma. Hoy se pueden adquirir como artesanías y son muy cómodas; deberías de checar su historia porque es harto interesante, igual y te animas a comprar uno antes de petatearte. Ay no, que la boca se tiaga chicharrón.
Para chupar faros nos remontamos de nuevo a las guerras, mucha gente dice que la frase viene del tiempo de la revolución, mismo que sería muy improbable. Te cuento: en las primeras décadas del siglo pasado aún era común la muerte por fusilamiento, donde se le concedía al condenado un último deseo, siendo este en su mayoría echarse un cigarrito antes de petatearse. La marca más común de la época en que se origina el dicho era Faros. Estos cigarros tienen la pecularidad de envolver su tabaco en papel arroz lo cual le confería un sabor dulce al momento de babearlo, tons pos chupaban faros. Pero te decía que es improbable que haya surgido en la Revolución porque Faros es fundada en Irapuato, Guanajuato, en 1918 cuando ese movimiento ya andaba colgando los tennis, entonces lo más seguro es que venga de la Guerra Cristera, la cual se dio entre 1926-1929.


Lo que sí se dio en las vísperas de la Revolución es el origen de la frase “Sepa la bola”, hasta rolita la hicieron pa’ echar el taconazo. ¿Qué es lo que tenían que saber y quién chingaos era la bola? Pos sepa la bola. Ahtecreas, La bola era un montón de personas en contra del Porfiriato; gente de todo tipo y oficio que andaban en gran cantidad, pero no tenían líder entonces andaban todos como cabritos sin chivero. So, cuando algo pasaba y los federales preguntaban quién había hecho tal o cual cosa la raza se limitaba a responer: sepa, la bola; o sepa la bola.

Y hablando del Porfiriato, nos brinca otra frase a la maceta. Esta surge del pago en las tiendas de raya de la época: la mayoría de los empleados eran analfabetas y cuando llegaba la hora de cobrar la marmaja, el varo, la feria, la lana para todos aquellos que no estaban leidos ni escribidos, solían poner una raya a modo de firma al recibir su salario. Ahí es cuando su amigo el que necesitaba de un pulquecito le decía al otro: “ándale, wey, ahorita que andas rayado”. Aplica también para cuando tu compa se agacha y se le ve el machetazo, tú nomás dile: “ah, perro, te acaban de pagar, andas presumiendo la raya.”

Ya mejor aquí le paramos porque el tema es extenso y esto se nos haría más largo que la cuaresma, mejor dicho, que la cuarentena.

Texto: Jesús Cáñez
Imagen: Google Images
Video: La cumbia de los pajaritos - Chicos de Barrio - YouTube
@ochosieteuno_

miércoles, 12 de agosto de 2020

Lo mismo pero más barato





Canción para acompañar el texto: La cumbia sampuesana - Aniceto Molina
Tiempo aproximado de lectura: 3:3o mins


Acá entre nos, la semana pasada te dije mentiras. Tranquílate, no pienses que la caída, mi muerte en el ecihibí y el SIFAMEX son falacias, nel, eso sí pasó. Lo que es falso fue lo de las canelitas. Es que la verdad, el producto que traía es otra delicatesen del tipo clon, el cual se llama Con Canela, para ser más precisos dice la palabra “galletas” en letras pequeñas y ya en grande “Con Canela”, entonces su nombre real sería Galletas con Canela (Ö ¡si Doritos hiciera sus papas de canela y azúcar les podría llamar churritos! Ö).

Prácticamente es lo mismo pero más barato, como cierto eslogan de cierta empresa de cuyo nombre no quiero acordarme; efectivamente, son mucho más económicas y el parecido en todo aspecto es innegable, incluso el arte de la caja es sumamente parecido: mismos colores, semejante tipografía y del producto pues ni hablar, basta decir que son galletas espolvoreadas con azúcar y canela, de esas que te dejan toda la boca llena de ese polvo, como para darle un beso a un guardia real del palacio de Buckingham. 
Y no vaigas tú a pensar que compré esas galletas por jodido –que es la neta, pero no lo pienses-, sino porque saben más buenas. Y de veritas, de veritas que me gustan más que las originales, lo que me puso a pensar que hay una gran variedad de productos que en su versión chafita, réplica o clon AAA hay ocasiones que son mejores que la original.


Desde tiempos ancestrales han aparecido en tu alacena ciertas mercancías que a veces ni recuerdas cómo llegaron ahí (muy probablemente en épocas de vacas flacas), sin embargo, cuando decides darles la oportunidad resultan ser una tremenda maravilla culinaria, un estallido de nebulosas en tu paladar, umami en su máxima expresión deleitando tus papilas gustativas. Nah, nocierto, pero aunque digas: “Ay, cero que ver, goeee, esos ni los conocía” estoy seguro que alguna vez los has tenido o probado, aunque sea una vez, unita nomás. Te apuesto unas Galletas Con Canela a que sí. Comenzamos.

Hubo un día de tu existencia que tenías un chingo de hambre y no había nada que comer –sí había, pero eres huevón para hacerte, más bien no había quien te hiciera-, así que agarraste lo único comible dentro de la oscuridad de esa alacena, obviamente; y por razones desconocidas decidiste ver qué era, le quitaste las telarañas, la sacudiste como señora de miscelánea con los churrumais caducos y viste que detrás de esa extensa nube de polvo se escondía una gigante bolsa de Chachitos. Agarraste el tremendo bolsón de arroz inflado, te le llevaste a la sala y te los comiste como churrumais caducos, ni leche les pusiste, ¿te acuerdas? Y para tu sorpresa estaban bien buenos. Nunca más los volviste a ver. Nadie sabe de dónde salen esas madres, nomás aparecen, como los Oxxos.

Y te digo, hay algunos productos que son chafitas, económicos y aunque hay veces que no le llegan al original suplen muy bien la función que cumple el de la versión de línea. Es como cuando me toca poner las papas y las cocas: de loco le voy a dar a la raza Cheetos de los perrones, nembe, voy a abastos por un costal de pseudocheetos puff, un garrafón de salsa muy seguramente rebajada con agua y un doce de impresionantes bigcolas de tres litros. Ámonos. Todos se van a quejar, pero también todos van a agarrar su vasito y van a terminar con los dedos anaranjados. Hasta sobran, chiquitín.

Checa tu despensa o abre el refri y te darás cuenta que no miento: tú y yo sabemos que esa “Nutella” que le embarraste anoche a los churros no es Nutella, es Crema untable de avellanas con cacao de la que venden en la gualmar y no hay pepe, sabe exactamente igual; pero ahí te la andas dando de purista que no sabe igual porque la original es de Ferrero y sabe qué tantas cosas más. Tas pero bien loco, también decías que los únicos nuggets que te gustaban eran los de Carl’s Jr, acuérdate como le echabas cátsup a los gachotes esos con forma de dinosaurio, ni a pollo llegan esos, han de ser de tortolita. Bien que te quitaron el hambre, como las Galletas con Canela que ya me debes.
Y hablando de galletas no se puede quedar atrás un producto clásico, de gran tradición, de los meros meros de antaño, copiado por muchos y sigue siendo de malísima calidad como el original pero que absolutamente todos hemos tenido y comido (redoble de tambores): las galletas de animalitos.
Aunque uno nunca le hallaba forma de ningún animal, yo creo que eran cilecántropes; son tan famosas que hasta te las daban en Navidad junto con las otras galletas genéricas de mantequilla (esas sí saben bien gacho) y están tan arraigadas en la comida nacional que hasta tienen su propio día festivo; neta, es el 18 de abril. Y ya parece que te oigo: “O sea, wey, sí las he visto, pero nunca las he probado ¿sí están buenas?” Telosito, si hasta les ponías leche pa' comértelas como confleis, nomás porque no me quieres pagar mis galletas.


Vamos a dejarle hasta aquí por hoy, tengo que desempolvar la alacena. La última vez me encontré unos Chachitos detrás de unos pseudocheetos y un mazapunk; ah, nomás recuerda que si vas a comer mazapanes, que esos sí sean De la Rosa.

Texto: Jesús Cáñez
Imagen: Google Images
Video: La cumbia sampuesana - Aniceto Molina - YouTube
@ochosieteuno_

miércoles, 5 de agosto de 2020

SIFAMEX


45% of Americans believe that ghosts and demons exist | YouGov


Canción para acompañar el texto: Radio Protector - 65daysofstatic
Tiempo aproximado de lectura: 3:30 mins

La única certeza que tiene el ser humano desde el momento de la concepción es la de su propia defunción, ya lo dice el dicho: la muerte está tan segura de su victoria que te da toda una vida de ventaja; aunque no me sepa mi signo zodiacal sé cuál es el momento en que nací –o al menos eso creo-, pero no sé cuándo cerrar podrá mis ojos la postrera sombra que me llevare al blanco día, que eventualmente habrá de suceder.
Existen varios mitos relacionados con el día del último aliento. Dicen los que dicen que saben que cuando se encuentra lista el alma deja el cuerpo para trascender; pero a la vez, si no lo está podría quedarse atrapada en tiempo y espacio. Me explico - recordemos que estos son mitos, pero sería algo así-: aun tienes una vida por delante y una infinidad de pendientes por hacer o simplemente aun no estás listo para partir y repentinamente sufres un accidente de fatal desenlace. Si no te tocaba dejar este mundo existe la posibilidad de que tu alma permanezca penando en ese mismo lugar (espacio) y a la misma hora y con la misma ropa que vestías en ese momento (tiempo), por eso algunas apariciones, espíritus o fantasmas emergen en ese horario y territorio, hasta que su alma logre descansar. Aquí vendrían más mitos y tipos de fantasmas o espectros y así y así y así y así.


Esto viene a colación porque anoche fui al eichibí a comprar unos Cheetos y unas Canelitas entre otras excentricidades gourmet y delicatessen que suelo tener al atardecer, justo como el outfit que traía: short de la selección de fútbol de Portugal, playera del partido verde ecologista de México , calcetines de esos perrones con elástico que aprieta pa’fuera y calzado sumamente cómodo y de difícil digestión visual mejor conocido como Crocs, para darle más extravagancia son naranjas, pero se ven cafesosos de lo sucios que están. 
El reloj marcaba aproximadamente las veinte horas con veintisiete minutos y catorce segundos al momento de salir de la tienda; la única nube que transitó por encima del supermercado dejó constancia de su paso por el lugar mostrando su poderío con una banqueta mojada, misma que procedí a recorrer y al llegar al desagüe, en la zona donde está cubierto el drenaje con una lámina metálica sentí mi alma escapar por un segundo de mi cuerpo (si no lo sabes, querido lector, permíteme informarte que los Crocs –específicamente los naranjas y cafesosos- se convierten en una trampa  mortal para el portador al tener contacto con los líquidos; exacto, deja de bañarte con ellos). Resbalé y como Neo en Matrix esquivando las balas, me vi con una pierna en el aire, la otra tratando de equilibrar al más puro estilo de break dance del barrio de tu elección, un brazo lastimando el hombro y la otra mano salvando la caguama en el aire –digo, los Cheetos, hay que meterle drama-. El filo de la banqueta estuvo a menos de dos centímetros de desnucarme y ahí me regresó el alma.
Imaginé mi cuerpo sin vida tendido en un charco de agua, la sangre fluyendo a través del desagüe de un supermercado, quien fuera a reclamar mi cadáver reconociéndome por los Crocs y diciendo: pues sí, a quién se le ocurre ponérselos cuando llueve. Mi cruz en medio de la banqueta del eichibí con unas flores de plástico y un llavero chafa de unos crocsitos. Qué bueno que no me desnuqué en el tubito que está en salchichonería mientras huía por robarme una muestra de jamón de pavo.


Las leyendas tienen apariciones de lujo con fantasmas que imponen, como La llorona, El charro negro, La planchada, La monja del café Tacuba, entre otros. Y la verdad la leyenda del fantasma de los Crocs no suena muy imponente que digamos. 

Imagínate la entrega de reconocimientos en la junta mensual del SIFAMEX (Sindicato de Fantasmas Mexicanos) con sus comerciales como los del SITATYR y de premio unas vacaciones en Cancún todo pagado, ah, peeeeerro: los trabajadores de los sustos y apariciones llevaremos a cabo nuestra quincuagésima séptima asamblea general ordinaria del consejo en Pénjamo, Guanjuato… Pasa La Llorona y toda la raza fantasmagórica desviviéndose en aplausos mientras le dan su trofeo y sus vacaciones todo incluido al mayor asustador del mes, bien Monsters inc. Así van pasando uno tras otro, comentando sus técnicas y estrategias para poner los pelos de punta y yo, solo arrumbado allá en la mesa de la bocina, porque seamos honestos, quién se iba a asustar con la leyenda del fantasma de los Crocs naranjas.
Además de la ropa, el lugar del accidente influye para el susto: un cementerio como el vampiro en Guadalajara, un callejón como el del Solitario en Zacatecas, un cuarto de hospital como La planchada, el kilómetro 11-40 como la chica del ride en Gómez Palacio,  un arroyo, río o lago como La llorona, un teatro como el fantasma de la ópera, etc. El simple de hecho de que imagines un lugar oscuro, lúgubre y todo lleno de muertos lo hace más tétrico; pero la banqueta de un supermercado a las 8:27:14 de un martes de canasta sin duda lo haría pasar desapercibido; es más, ni Carlos Trejo interrumpiría su pelea con Alfredo Adame para investigarlo. A menos que hubiera HEB en Cañitas, claro.


Ya me agüité, acompáñame a un baldío a tirar unos Crocs, de paso te invito unos Cheetos y unas Canelitas.

Texto: Jesús Cáñez
Imagen: Google Images
Video: Radio Protector - 65daysofstatic - YouTube
@Ochosieteuno_