miércoles, 16 de octubre de 2013

¡Aquí está el TRI!



Empiezo este texto después de haberme jambado un trío de gorditas de chicharrón cien por ciento laguneras. Mera presunción.

Después de recibirme un Torreón harto cálido y con bastante humedad dejada por las lluvias era hora de mitigar el calor con unas cheves bien heladas, frías, muertas, como patas de pingüino, pues. Así que le llamé a dos que tres amigos para iniciar la conbebencia anticalor. La cita fue en mi casa a las 8:00 pm. Un par de silloncitos, un cenisuelo y una televisión como testigos. Después de ponernos al día y un par de Minervas había que encender el aparato, se llegaba la hora de ver a 22 personas en duelo sobre una cancha del deporte más popular del universo -hasta en Saturno han de jugar-.
La Selección Mexicana se daba el lujo de llegar a últimas instancias para poder tener acceso a un repechaje con aspiraciones de asistir a la Copa del Mundo de la FIFA. La justa era contra Costa Rica, país que tiene en su selección y su afición una de los odios deportivos más recalcitrantes a nuestro combinado pambolero. *En palabras de Gustavo Jiménez, director del periódico Al Día, de Costa Rica: "Hay una antipatía hacia el fútbol mexicano, no hacía el país, que yo creo es general en toda América Latina, pero que me parece es particularmente acentuada en Centroamérica". El editor de deportes del periódico hondureño La Prensa, José Luis Barralaga agrega: "En Centroamérica se ve a México como el gigante que siempre nos ha lastimado y por eso no se le quiere, entonces, al momento de verlo en una situación crítica, la región se une, pero a Sudamérica también le gusta eso".
*Tomo este fragmento de la nota "¿Es México la "selección más antipática de América"?" de animalpolitico.com por Arturo Wallace de BBC Mundo. 

Y después de ver el partido de anoche y toda la eliminatoria mundialista, creo que el término antipático es más que justo para una Selección Nacional en la que juega Oribe Peralta y diez personas más. Una antipatía que duele para el aficionado común más para el que paga un boleto en un estadio; antipatía de ver a personas que juegan en Europa en importantes equipos de Inglaterra, España, Portugal y algún otro destacado en Francia u Holanda no hacen absolutamente nada representando al fútbol de su país; antipatía de no saber qué hacer parados en el pasto. Cómo puede ser posible -sin menospreciar a Estados Unidos, Costa Rica y Honduras- que teniendo jugadores de cartas millonarias, inclusive algunas más caras que una selección rival completa no se les pueda anotar un gol o ganarles en el estadio Azteca y si se gana, fue más milagro que bien merecido.
Los siempre parciales medios antes payasos infladores de jugadores, constantes vendedores de humo, ahora que ven la posible pérdida de millones y millones de dólares sí exigen que los jugadores pongan huevos y suden la camiseta; mismos medios que nos vendieron a la Selección después de ganar Panamericanos, Copa Oro y Olímpicos como la siguiente campeona del mundo, lo peor fue que todos lo creímos y nos bajaron a la realidad; mismos medios que ahora como energúmenos se querían tragar vivo a Javier Hernández después de la sarta de pendejadas que hizo, al menos en los dos últimos partidos, errores garrafales, falla de penales, errarla frente al arco sin portero; ahora que ven que se les va el negocio empiezan a levantar la voz del poder para usar los últimos movimientos de sus peones contra una reina, la Selección Nacional está en jaque. Y hoy no sé si decir ojalá que México pase al mundial porque la esperanza muere al último o decir ojalá que México no pase al mundial para mejor no hacer otro ridículo, eutanasia deportiva.

Pedir que ruede la cabeza de Justino Compeán es justo y necesario, en verdad es justo y necesario que es nuestro deber pedir su cabeza y que caiga también esta farsa que duopolizan Televisa y Televisión Azteca; que ese dinero que se le da a la Federación Mexicana de Fútbol se la dieran al béisbol, natación, clavados, atletismo, gimnasia, tiro con arco, tae kwon do, etc. Tal vez ahí sí veríamos diferencias en el medallero olímpico y en los mundiales. 

Y te digo, amigo, que eres muy correcto en cuestiones sociales de nuestro país, que si me vas a decir que mientras yo hablo de fútbol a México le carga la chingada con los impuestos y que los maestros, etc... Por favor, por favor, por favor, no confundas la gimnasia con la magnesia. Porque sólo soy un simple terrenal que da mi punto de vista, y por mí, mejor que el TRI no pase al mundial para evitar una vergüenza mayor de quien alguna vez creímos fue un gigante. Pero para personas como yo debo despedirme con este poema de Quique Wolff o Walter Saavedra, la verdad ni sé.


¿Cómo vas a saber lo que es el amor?
Si nunca te hiciste hincha de un club.
¿Cómo vas a saber lo que es el dolor?
Si jamás un zaguero te rompió la tibia y el peroné
y estuviste en una barrera y la pelota te pegó justo ahí…

¿Cómo vas a saber lo que es el placer?
Si nunca diste una vuelta olímpica de visitante.
¿Cómo vas a saber lo que es el cariño?
Si nunca la acariciaste de chanfle
entrándole con el revés del pie
para dejarla jadeando bajo la red

¡Escuchame!
¿Cómo vas a saber lo que es la solidaridad?
Si jamás saliste a dar la cara
por un compañero golpeado desde atrás.

¿Cómo vas a saber lo que es la poesía?
Si jamás tiraste una gambeta.
¿Cómo vas a saber lo que es la humillación?
Si jamás te metieron un caño.

¿Cómo vas a saber lo que es la amistad?
Si nunca devolviste una pared.
¿Cómo vas a saber lo que es el pánico?
Si nunca te sorprendieron mal parado en un contragolpe.

¿Cómo vas a saber lo que es morir un poco?
Si jamás fuiste a buscar la pelota dentro del arco.

¡Decime, viejo!
¿Cómo vas a saber lo que es la soledad?
Si jamás te paraste bajo los tres palos,
a doce pasos de uno que te quería fusilar
y terminar con tus esperanzas.

¿Cómo vas a saber lo que es el barro?
Si nunca te tiraste a los pies de nadie
Para mandar una pelota sobre un lateral.

¿Cómo vas a saber lo que es el egoísmo?
Si nunca hiciste una de más
cuando tenias que dársela,
al nueve que estaba solo.

¿Cómo vas a saber lo que es el arte?
Si nunca, pero nunca inventaste una rabona.
¿Cómo vas a saber lo que es la música?
Si jamás cantaste desde la popular.

¿Cómo vas a saber lo que es la injusticia?
Si nunca te saco tarjeta roja, un referí localista.
Decime, ¿Cómo vas a saber lo que es el insomnio?
Si jamás te fuiste al descenso.

¿Cómo, cómo vas a saber lo que es el odio?
Si nunca hiciste un gol en contra.
¿Cómo, pero cómo vas a saber lo que es llorar?
Si llorar, si jamás perdiste una final de un mundial
sobre la hora con un penal dudoso.

¿Cómo vas a saber, querido amigo?
¿Cómo vas a saber lo que es la vida?

Si nunca, jamás jugaste al fútbol.

Texto: Jesús Cáñez

Imagen: Google.
Sígueme en Twitter: @HijoDeTinTan

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