miércoles, 7 de octubre de 2020

Sangre y oro

 



Canción para a compañar el texto: The Crimson (Semi-instrumental) - Atreyu
Tiempo aproximado de lectura: 4 mins

Es octubre y comienza el último trimestre del año, particularmente me parece el mejor: en los deportes hay finales de NBA (que obviamente van a ganar mis Lakers), el beisbol se viste de gala para la Serie Munidal (aquí sí mis Indios valieron grillo), regresa la NFL y vamos invictos en mi natal Wisconsin, el Santos se quiere meter a la liguilla y así y así; se entrega el premio Nobel; el clima comienza a cambiar y viene el tiempo de las mejores festividades. La que nos ocupa la mente el décimo mes es la del jalogüín y toda la horda de cosas que nos trae cada año, lo digo porque la gente comienza a adornar sus casas como en capítulo de Scooby Doo y se ponen a ver clásicos del cine como la misma Halloween, El exorcista, El resplandor and so on. Está chilo y está bien.

El ser humano siempre se ha sentido atraído de alguna manera u otra por lo paranormal, pregúntale a alguien y nueve de cada diez personas te van a decir que han tenido una experiencia relacionada con algo inexplicable, que puede rayar en lo tenebroso o con entes ajenos a los de nuestro plano. La única persona que te dirá que no es el pobre cabrón que aún no sabe que es un fantasma, como en el sexto sentido. Y todos tenemos un ser fantástico favorito: zombies, espectros, hombres lobo, brujas, etc...

Hoy te voy a contar de mi criatura legendaria favorita y aquí le das play en tu cabezota al redoble de tambores: el vampiro. Hay algo en esa figura de colmillos afilados y un halo de inmortalidad que siempre me ha llamado la atención. La representación de un individuo condenado a no ver jamás la luz del sol y a no morir, además de inteligente, fuerte, ágil, sofisticado y hasta aristocrático me parece lo suficientemente agradable para pensar en él. Por supuesto que no soy el único, dado que alrededor del mundo se ha convertido en un objeto de culto para delicias de chicos y grandes. Entre algunos de los detalles que llaman la atención de esta criatura es que como bien lo sabes pos los camaradas se alimentan de sangre, sanguijuelas les llaman en mi natal Los Ángeles donde los Lakers van a quedar camepoooohquela. Además son weyes que tienen largos caninos para facilitarles la tarea de morder a su víctima y dejarla sin el vital líquido, de esa manera pueden vivir eternamente, ya que son ajenos a cualquier enfermedad y se curan en chinga loca, a menos, claro, que les des en toda la merrycrismas metiéndoles un palo en el corazón y demás cosas que no nos interesan porque todavía no los queremos matar, dale calma.

Mucha gente piensa que el mito vampírico viene de un conde en Europa que vivía en Transilvania y bla, bla, ya te sabes la historia. Pero nel, a pesar de que sí es una figura que toma mucha fuerza en el folclor europeo de la Edad Media hay registros en la antigua Grecia donde había weyes que eran atacados mientras dormían y les drenaban los fluidos, esos no, puerco, bueno, quién sabe, en una de esas, ¿edá? Es después en la ya mencionada Edad Media cuando se empieza extender el mito del vampiro, en Europa del Este para ser más precisos cuando las plagas. Y con justa razón para el pensamiento de la época: imagina que sobrevives y toda tu familia muere, la gente pensaría que te los chingaste y obvi, eres un vampiro, duh. De igual manera debido a la falta de recursos para determinar si alguien realmente había muerto en esa época, pues mucha gente que estaba en coma, enferma o nomás andaban como placas de tráiler despertaban de chingazo y pos la raza se sacaba de pedo, tons los enterraban boca abajo pa’ que no se salieran de sus tumbas, no vaiga siendo.

Ya en el siglo de 18 estos individuos suman gran relevancia debido a la literatura de su tiempo, ya que comienzan a aparecer en poemas y novelas. Después vendría Drácula, seguramente la novela que catapulta a este ser al imaginario colectivo y la cultura popular. El libro de Bram Stoker toma aún más relevancia con la película de Bela Lugosi en 1931, inspirada en el conde que vivía en Transilvania y era un empalador y bla, bla, bla. Después se hace una bronca con Nosferatu porque pos le robaba la idea pero el vato no podía ver la luz del sol, no como un wey que se mete a la escuela y brilla con el sol. Acá entre nos y aprovechando que somos pocos, deja te cuento que mi vampiro favorito es el de Anne Rice, que comienza las Crónicas Vampíricas con Entrevista con el Vampiro donde Louis y Lestat dejan ver que estos individuos ya no son como los de antes, oioioi, sino que ahora son más humanos, sienten y tienen hasta pedos existenciales. Después en las mismas crónicas veríamos la historia de Lestat, Markus y hartos más; léelos, vale la pena si te gusta el tema, como recomendación pues el ya mencionado, Lestat el Vampiro, La Reina de los condenados, Sangre y Oro y Cánticos de sangre, hay más pero te estoy recomendadombeee. Además los de Rice ya no son satánicos ni Cristianos, más bien, son una especie de fuerza atrapada entre el bien y el mal; por si fuera poco, son muy guapos, educados e inteligentes, ya pa’ si no, llevan viviendo chingos de años.

Ya después los hicieron héroes o antihéroes como en Van Helsing, Blade o Hellsing con el madafaca del Alucard, ajá, Drácula al revés, ahí vas a leerlo otra vez. Como otra recomendación te dejo la leyenda del vampiro del panteón de Belén en Guadalajara, si tienes chance en unas vacaciones en la perla tapatía hay tour nocturnos perrones; y en la musical aviéntate todo el The Curse de Atreyu, un discazo de metalcore de pura cultura vampírica.

Vamos a dejarle hasta aquí porque ya se está metiendo el sol. Ya agarre mis ajos, mi agüita y mi estaca, no vaiga siendo que se nos aparezca el vampiro fronterizo.

Texto: Jesús Cáñez
Imagen: Google Images
Video: The Crimson - Atreyu/ YouTube
@ochosieteuno_