En esta fonda de comida
tradicional mexicana imagínate que servimos en la mesa unos deliciosos tacos de
contradicción nacionalista y para no pasárnoslos a gorilazo viejo los acompañamos
con una suculenta bebida de refrescante agüita patriota de yonosé. Pos haz de
cuenta que así es este bisne; dado que para muchos es de lo mejor que le ha
pasado al país, motivo de gran orgullo, unidad y hermandad, para unos otros es un
evento que no debió de haberse llevado de la manera en que sucedió; y para algunos
terceros, pues simplemente ni fu, ni fa Mulán (ya tengo Disney+, goee). Dedicarle
un par de párrafos al tema que abordaremos hoy es siempre un gustito. A pesar
de los dimes y diretes que se han dado a través del tiempo, es un evento que
sigue levantando cejas y enfrenta hasta las élites intelectuales de estas
tierras. Efectivamente: hablamos del reencuentro de RBD, y es que Dulce María y
compañíaaaaatecreas, lirabirrow, nos referimos a la polémica Revolución
Mexicana.
Eran los tiempos del hartazgo hacia
el autoritarismo gubernamental cuando el movimiento revolucionario comienza a
tomar forma, pero es hasta después de que mi general, José de la Cruz Porfirio
Díaz Mori zarpa en el Ypiranga para no volver jamás que llegar a la silla del
águila se convierte en una especie de Game of Thrones azteca. Tiempos violentos
sin duda -y sin referirnos a Tarantino, que bien podría escribir harto
inspirándose del acontecimiento- y lleno también de valientes muchachones como
don Pancho Madero, tan valiente que hasta hablaba con los muertos, el
chiquitín; valientes como el ´Centauro del Norte´, el general Doroteo Arango,
mejor conocido en el barrio como Pancho Villa; valientes y guapetones con
bigotazos pispiretos como el ´Caudillo del Sur´, el general Emiliano Zapata;
valientes y constitucionalistas como el general Venustiano Carranza (sin apodo,
con el nombre tiene); valientes y grandes estrategas como ‘El manco de Celaya’,
el general Álvaro Obregón, que a pesar
de haber perdido una extremidad, nunca perdió una batalla. Y muchos otros más;
pero hoy no vamos a hablar de esos vatos que se iban a la bola a darse de
trompos. Nel, hoy hablaremos de las soldaderas (no porque soldaban fierros, burro.
Mujer soldado) o Adelitas, como también son conocidas.
Cada Anivdelarev cuando estabas
morrillo cantabas la Adelita todo melolengo con tu camarada que se desmayaba en
honores: “Si Adelita se fuera con otro/ la seguiría por tierra y por mar, / si
por mar en un buque de guerra/ si por tierra en un tren militar.” ¿Y a todo
esto, quién es la mentada Adela? Pues, bueno, se les llamó Adelitas,
soldaderas, mujeres combatientes o coronelas, a las mujeres que participaron de
la Revolución Mexicana, aunque los términos tienen ligeras diferencias entre
sí. Las labores más comunes eran las de enfermería, cocina, camillas, y
servicio en las brigadas de los pelotones revolucionarios. Hoy –de modo
erróneo- se utiliza el término como un nombre genérico para las mujeres
haciendo alusión a la época: “Es que me tocó vestir a la niña de Adelita para
el bailable.”
¿Pero por qué Adela y no Nepomucena o Fa Mulán? Verás, Adela Velarde Pérez fue
una muchachona que se escapó de su cantón para irse con La Bola, ahí participó
con la presidenta de la Cruz Roja como camillera atendiendo a los heridos. Es entonces
cuando conoce a Antonio Gil del Río Armenta, se enamoran y este vato le llevaba
serenata hasta su vagón del tren. Dicen los que dicen que saben que su amor
aumentaba conforme lo hacía la violencia, y, en la Batalla de Torreón se tienen
que separar, y es un poco después que sería para siempre cuando don Antonio
muere en la toma de Gómez Palacio. Es ahí cuando antes de exhalar el último
suspiro le da la letra de la famosa canción, mismo que ella entregaría a la banda
de guerra de Villa para que la interprete. Se dice que causó tanto furor la
letra que se tomó como himno y el mismo Pancho le pedía a la banda que la
tocara antes de entrar en combate a modo de motivación.
Ya vi que estás leyendo échandote
unas papas con salsa Valentina. Valentina como el corrido revolucionario.
Valentina como Valentina Ramírez Avitia. Valentina como “La Leona de Norotal”. Valentina
como Juan Ramírez. En efecto, mi querido lirabirrow, esta muchachona se vistió
de hombre y se presentaba como Juan Ramírez para pelear en las tropas donde
tomaron Culiacán. Con carrilleras sobre el pecho y su 30-30, Valentina alcanzó el
grado de teniente. Hasta que un día un compañero, después de casi seis meses en
la brigada, le cachó las trenzas y Valentina fue despedida de su grupo.
Su heroica hazaña le valió para inspirar las letras de la isnigne canción, para
nombrar a la salsa y para hacer el live action de Mulán. Bueno lo de la
película no es cierto, pero lo demás sí.
Otra famosa coronela es Pedro Herrera, nombre que utilizaba Petra Herrera cuando participó en las batallas de la División del Norte, incluyendo una de las ya mencionadas tomas de Torreón. Nomás que no se le dio crédito porque #machismo. Luego hizo un batallón de puras mujeres y terminó como Coronela en el ejército constitucionalista de don Venus.
Vale la pena indagar en otras
soldaderas, como Amelio Robles, quien dicho sea de paso fue el primer cambio de
sexo reconocido en el país; Margarita Neri, María Quinteros, Rosa Bobadilla,
Carmen Parra, La Güera Carrasco, entre otras muchas soldaderas y mulanes
mexicanas que realmente importa conocer.
Ya te dejo para escuchar a gusto
La Adelita, pero claro, en la versión de RBD.
Texto: Jesús Cáñez
Imágenes: Google Images
Canción: La Adelita (Instrumental) - Juanito Carrasco / YouTube
@ochosieteuno